Así es la mítica 'Fortaleza de la Plaga' de Rusia

La histórica 'Fortaleza de la Plaga', más conocida como Fort Alexander I, luce en invierno todavía más siniestra de lo habitual, rodeada de bloques de hielo desplazándose por las gélidas y turbias aguas de la bahía de Neva, en San Petersburgo.
La fortificación fue originalmente construida con el objetivo de defender la bahía de enemigos extranjeros. Sin embargo, la única batalla que vivió la fortaleza fue la que libró con sus propios muros contra una plaga.
Tras el descubrimiento del patógeno Yersinia pestis a finales de la década de 1890, el gobierno ruso estableció en Fort Alexander I la Comisión Especial para la Prevención y Cura de la Plaga en Rusia.
Tras su reconstrucción en 1899, a la estructura le fue añadido un sistema de calefacción, un ascensor para el transporte de animales de laboratorio y una cámara incineradora para proceder a su cremación. Conejos, cuis, monos y caballos fueron infectados con el patógeno con el objetivo de desarrollar una vacuna a través de extractos de su sangre. Pese a los esctrictos controles de higiene, se produjeron dos brotes de la plaga en el laboratorio, uno en 1904 y otro en 1907, lo cual provocó dos muertes e hizo que la fortelaza fuera bautizada como 'de la plaga'.
Hacia el final de 1917, la mayoría de los recursos habían sido transferidos a diversos institutos de investigación a lo largo del país y el laboratorio cesó su funcionamiento. La propiedad de la fortaleza fue transferida a la Marina rusa, que la utilizó como un depósito. Desde entonces, la estructura ha sido sede de dos fiestas 'rave' en los años 90 y dos programas de televisión a inicios de los 2000.
Asimismo, cualquiera que lo desee puede acceder a la fortaleza a través de una excursión en la que los visitantes son llevados en barco a la fortificación.
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