Programa #21 - Temporada 3
Emisión, lunes 24 de abril de 2017
Antonio Escohotado nace en Madrid en 1941, pero su infancia transcurre en Río de Janeiro, donde su padre el Román Escohotado, fue agregado de prensa en la Embajada española. Su vuelta a España, supuso pasar “del trópico pagano al nacional-catolicismo mesetario de nuestros años cincuenta”, como señala Escohotado en Otra Vuelta de Tuerka. Tanto fue así, que en el colegio le quisieron expulsar dos veces por blasfemo, tras haber metido sapos en el sagrario...
De jóven estuvo muy próximo al PCE, sin embargo sus camaradas le acusaron de esteticista y de ser un decadente vicioso: "leer a Heidegger o a Marcuse estaba muy mal visto", rememora Escohotado con sorna.
En los años 70, renunciando a un trabajo estable en el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Escohotado se traslada a Ibiza a "hacer la revolución sexual y dar un ejemplo de una vida ecológicamente correcta". Por aquel entonces, la isla se había convertido en un foco contracultural en el que concurrían desde integrantes de Pink Floyd, pasando por Orson Welles, traficantes de drogas, hippies y hasta el falsificador Elmir de Hory... "En la Ibiza de los años 70 todos éramos comunistas", recuerda el escritor durante la entrevista. Sin embargo, "lo que estaba pasando en la URSS era demasiado terrible, así que nos centramos en el amor libre", añade.
Allí Escohotado fundaría la mítica discoteca Amenesia, una casa payesa donde se consumía libremente cannabis y ácido hasta que descubrieron que " la policía y los corso-marselleses eran los dueños de ese espacio y lo mejor que podía pasarte era no morir". En 1983 fue acusado de dirigir la "mafia hippie" isleña. Lo que se tradujo en un año de "vacaciones humildes pero pagadas" en el penal de Cuenca. "Siempre que tengas el coraje del aislamiento son vacaciones humildes pero pagadas y maravillosamente rentables", señala Escohotado. "A mi me encantó", apostilla. Y así fue, desde aquel encierro redactaría su monumental Historia general de las drogas.
La pregunta que planea durante toda la entrevista es, ¿qué hacer con las drogas? Frente a la legalización, Escohotado lo tiene claro: "derogar la prohibición, igual que se hizo con la Ley Seca". "Todo lo que sea victimismo es contraproducente", concluye.
Emisión, lunes 24 de abril de 2017
Antonio Escohotado nace en Madrid en 1941, pero su infancia transcurre en Río de Janeiro, donde su padre el Román Escohotado, fue agregado de prensa en la Embajada española. Su vuelta a España, supuso pasar “del trópico pagano al nacional-catolicismo mesetario de nuestros años cincuenta”, como señala Escohotado en Otra Vuelta de Tuerka. Tanto fue así, que en el colegio le quisieron expulsar dos veces por blasfemo, tras haber metido sapos en el sagrario...
De jóven estuvo muy próximo al PCE, sin embargo sus camaradas le acusaron de esteticista y de ser un decadente vicioso: "leer a Heidegger o a Marcuse estaba muy mal visto", rememora Escohotado con sorna.
En los años 70, renunciando a un trabajo estable en el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Escohotado se traslada a Ibiza a "hacer la revolución sexual y dar un ejemplo de una vida ecológicamente correcta". Por aquel entonces, la isla se había convertido en un foco contracultural en el que concurrían desde integrantes de Pink Floyd, pasando por Orson Welles, traficantes de drogas, hippies y hasta el falsificador Elmir de Hory... "En la Ibiza de los años 70 todos éramos comunistas", recuerda el escritor durante la entrevista. Sin embargo, "lo que estaba pasando en la URSS era demasiado terrible, así que nos centramos en el amor libre", añade.
Allí Escohotado fundaría la mítica discoteca Amenesia, una casa payesa donde se consumía libremente cannabis y ácido hasta que descubrieron que " la policía y los corso-marselleses eran los dueños de ese espacio y lo mejor que podía pasarte era no morir". En 1983 fue acusado de dirigir la "mafia hippie" isleña. Lo que se tradujo en un año de "vacaciones humildes pero pagadas" en el penal de Cuenca. "Siempre que tengas el coraje del aislamiento son vacaciones humildes pero pagadas y maravillosamente rentables", señala Escohotado. "A mi me encantó", apostilla. Y así fue, desde aquel encierro redactaría su monumental Historia general de las drogas.
La pregunta que planea durante toda la entrevista es, ¿qué hacer con las drogas? Frente a la legalización, Escohotado lo tiene claro: "derogar la prohibición, igual que se hizo con la Ley Seca". "Todo lo que sea victimismo es contraproducente", concluye.
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