A mucha gente, cuando le nombras la depresión ebro, la refleja como algo de baja altitud, de tierras llanas y sin apenas relieve, pero la realidad es bien distinta.
Pero vamos a ponernos en situación. La cuenca del ebro tiene unos límites bien definidos; por el norte los Pirineos, por el sur y el oeste el sistema ibérico y por el este las cordilleras costeras. La depresión del ebro comenzó a rellenarse de los detritus de estos relieves y además, lo hizo en un ambiente lacustre, de ahí la diversidad de materiales, aunque por encima de todo dominan los yesos, las arcillas y las calizas. Lógicamente el paso del tiempo y la mayor o menor dureza de estos materiales han conformado un relieve muy particular y hace que en el valle del ebro también tengamos montañas.
Pero vamos a ponernos en situación. La cuenca del ebro tiene unos límites bien definidos; por el norte los Pirineos, por el sur y el oeste el sistema ibérico y por el este las cordilleras costeras. La depresión del ebro comenzó a rellenarse de los detritus de estos relieves y además, lo hizo en un ambiente lacustre, de ahí la diversidad de materiales, aunque por encima de todo dominan los yesos, las arcillas y las calizas. Lógicamente el paso del tiempo y la mayor o menor dureza de estos materiales han conformado un relieve muy particular y hace que en el valle del ebro también tengamos montañas.
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