La naturaleza sigue su curso y que el otoño siempre nos depara sorpresas.
La llegada de noviembre trae los primeros fríos, las primeras nieves a los altos y la bellota a nuestros montes.
En las dehesas extremeñas y andaluzas es época de mucha agitación, miles de cerdos pastan libremente en busca de esta golosina, aportándoles el engorde y las grasas necesarias tan características del cerdo ibérico. A este periodo que va entre noviembre y febrero se le conoce como montanera. En Aragón, la montanera no está tan extendida como antaño, pero la gran variedad de árboles belloteros que tienen nuestros bosques, nos sirve de excusa para ir en su busca.
La llegada de noviembre trae los primeros fríos, las primeras nieves a los altos y la bellota a nuestros montes.
En las dehesas extremeñas y andaluzas es época de mucha agitación, miles de cerdos pastan libremente en busca de esta golosina, aportándoles el engorde y las grasas necesarias tan características del cerdo ibérico. A este periodo que va entre noviembre y febrero se le conoce como montanera. En Aragón, la montanera no está tan extendida como antaño, pero la gran variedad de árboles belloteros que tienen nuestros bosques, nos sirve de excusa para ir en su busca.
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