Programa #35 - Emisión, domingo 21 de junio de 2015.
"Para mí hay dos películas que me resulta inexplicable que no se hayan hecho todavía: una es la defensa de Madrid y otra es la invasión del Valle de Arán, que tiene una carga poética increible", dice el actor de más de 50 películas durante la entrevista que le hizo Pablo Iglesias en Otra Vuelta de Tuerka.
Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975), es un actor que ha sabido conjugar el cine y el compromiso político a lo largo de su trayectoria. Hijo de un desaparecido de la dictadura militar argentina de Videla, se tuvo que exiliar con tan sólo tres años de edad junto a su familia a España. Su madre, la actriz y profesora de interpretación Cristina Rota, tal y como reconoce Botto durante la entrevista, ejerció sobre él una doble influencia: "Todos tenemos esta cosa de querer demostrar a papá y a mamá lo brillantes que hemos llegado a ser. Cuando tu mamá es además tu maestra entonces las dos facetas se unen."
Protagonista de una serie de películas – Historias del Kronen (1995), Martín (Hache) (1997) - que retrataron la llamada generación perdida en plena Transición, Juan Diego, explica: "Todos sentimos la necesidad de sentirnos vivos. De vivir experiencias que nos anclen a la tierra. El retrato que hacía Kronen era de una generación para la que esa búsqueda de la felicidad resiía en traspasar unos límites en el lugar equivocado."
Como autor teatral, Botto llevó a los escenarios Un trozo invisible de este mundo (2014) que le valió varios premios Max del teatro. Como explica durante la entrevista, esta obra nació con la motivación de "poner nombre, apellidos y sangre a esos titulares que vemos en la prensa y que tratan a los migrantes como infrahumanos", porque "cuando desaparece una niña blanca en seguida sabemos como se llamaban sus padres o cuáles eran sus aficiones, pero mueren 1000 personas en el Mediterráneo y no sabemos nada de ellos. Nadie ha ido a preguntarles a sus padres cómo era su hijo, a qué había venido a Europa o cuáles eran sus sueños."
Impulsor de la Sala Mirador, uno de los espacios abiertos al debate político y social, Juan Diego ha sido testigo y protagonista privilegiado de los cambios políticos de los últimos tiempos: "Creo que más allá de cuanto se consiga de aquí a noviembre, yo soy de los que piensa que diciembre existe y 2016 también. Y hay algo que ya ha cambiado", opina.
"Para mí hay dos películas que me resulta inexplicable que no se hayan hecho todavía: una es la defensa de Madrid y otra es la invasión del Valle de Arán, que tiene una carga poética increible", dice el actor de más de 50 películas durante la entrevista que le hizo Pablo Iglesias en Otra Vuelta de Tuerka.
Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975), es un actor que ha sabido conjugar el cine y el compromiso político a lo largo de su trayectoria. Hijo de un desaparecido de la dictadura militar argentina de Videla, se tuvo que exiliar con tan sólo tres años de edad junto a su familia a España. Su madre, la actriz y profesora de interpretación Cristina Rota, tal y como reconoce Botto durante la entrevista, ejerció sobre él una doble influencia: "Todos tenemos esta cosa de querer demostrar a papá y a mamá lo brillantes que hemos llegado a ser. Cuando tu mamá es además tu maestra entonces las dos facetas se unen."
Protagonista de una serie de películas – Historias del Kronen (1995), Martín (Hache) (1997) - que retrataron la llamada generación perdida en plena Transición, Juan Diego, explica: "Todos sentimos la necesidad de sentirnos vivos. De vivir experiencias que nos anclen a la tierra. El retrato que hacía Kronen era de una generación para la que esa búsqueda de la felicidad resiía en traspasar unos límites en el lugar equivocado."
Como autor teatral, Botto llevó a los escenarios Un trozo invisible de este mundo (2014) que le valió varios premios Max del teatro. Como explica durante la entrevista, esta obra nació con la motivación de "poner nombre, apellidos y sangre a esos titulares que vemos en la prensa y que tratan a los migrantes como infrahumanos", porque "cuando desaparece una niña blanca en seguida sabemos como se llamaban sus padres o cuáles eran sus aficiones, pero mueren 1000 personas en el Mediterráneo y no sabemos nada de ellos. Nadie ha ido a preguntarles a sus padres cómo era su hijo, a qué había venido a Europa o cuáles eran sus sueños."
Impulsor de la Sala Mirador, uno de los espacios abiertos al debate político y social, Juan Diego ha sido testigo y protagonista privilegiado de los cambios políticos de los últimos tiempos: "Creo que más allá de cuanto se consiga de aquí a noviembre, yo soy de los que piensa que diciembre existe y 2016 también. Y hay algo que ya ha cambiado", opina.
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