Imágenes de Raqa tras ser liberada del Estado Islámico

La ciudad se ha convertido en un desierto de autos quemados y metal retorcido, sin electricidad ni agua corriente. Ahora las excavadoras han comenzado a limpiar los restos y a colocar vallas de cemento intentando recuperar lentamente una urbe que ha quedado destruida por la guerra.
Menos del uno por ciento de los 300,000 habitantes de la población permanece en la ciudad, que todavía está llena de explosivos colocados por el EI en su retirada.
Según informes, la coalición encabezada por EE.UU. lanzó desde enero unas 3,000 bombas en el antiguo bastión del EI, allanando el camino para la victoria sobre las fuerzas opositoras de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y de la Unidad de Protección del Pueblo (YPG).
Raqa anteriormente fue la capital de facto del autoproclamado Estado Islámico (EI, antes ISIS). La toma de Raqqa es significado de un golpe territorial, simbólico y significativo para los militantes de la oposición armada.
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